La serie es una producción mexicana, ambientada en locaciones del Distrito Federal
Dolores Heredia, Juan Manuel Bernal y Ana de la Reguera llevan los roles protagónicos
Arturo Cruz Bárcenas.
Tras un recorrido de cinco años, el 2 de marzo se estrenó en México la serie de televisión Capadocia, un lugar sin perdón, producida por Argos, a las 21 horas, “que es el horario más importante de emisión de HBO Latinoamérica; luego, simultáneamente, se incluirán otras señales, entre ellas la de Brasil”, expresó Luis Peraza, ejecutivo de Producción Original de dicho canal de paga, quien a su vez es el productor ejecutivo de la emisión.
Antes de la rueda de prensa, en Pabellón Antara, se proyectó el primero de los 13 capítulos de esta serie de ficción que cuenta el acaecer de Capadocia (que alude a un territorio de Turquía, donde se establecieron las amazonas, una raza legendaria de mujeres guerreras), que es el nombre en la serie de un centro penitenciario de mujeres en la ciudad de México que nace por intereses políticos y pugnas de poder.
Allí convergen dos proyectos antagónicos: uno humanitario, liderado por Teresa Lagos (Dolores Heredia), y otro comercial, a cargo de Federico Márquez (Juan Manuel Bernal), que busca beneficiarse de la mano de obra barata de las prisioneras. Los paralelismos con la realidad corrupta mexicana son inevitables.
Nudo de tres historias
Se entrelazan tres historias centrales: la de Teresa (Dolores Heredia), la de Federico (Juan Manuel Bernal) y la de Lorena (Ana de la Reguera). Epigmenio Ibarra, de Argos, instancia creadora para HBO Latinoamérica, dijo que esta empresa trasnacional les dio libertad para trabajar. “HBO establece un precedente importante para la industria de México y espero, por los resultados de la serie, en América Latina”, dijo.
Peraza no quiso exponer cuánto costó la producción de los 13 capítulos, pues tal es la política de su empresa, “pero puedo decir que es la serie de televisión –de HBO– que más recursos ha requerido”, acotó.
Ibarra expuso que tanto actores como directores (entre ellos Carlos Carrera, Javier Patrón y Pitipol Ybarra) hicieron trabajo de campo y visitaron la cárcel de mujeres. “Los dramas no podemos eludirlos; la televisión no puede sólo servir para escaparse. Habrá gente que quiera entretenerse ligeramente, otra que quiera gozar de espectáculos de calidad. Si nos concentráramos en la producción de telenovelas ligeras, mal servicio le haríamos al auditorio y peor servicio a la industria”, añadió. Para Peraza, esta serie tiene un nivel de calidad tal que podría interesar al público anglo. Aún no sabe si habrá una segunda temporada.
La cárcel de la historia se privatiza, lo que se dijo es algo normal en Estados Unidos (incluso, cotizan en la bolsa), aunque no en México.
Epigmenio Ibarra añadió que la serie plantea el riesgo de los ciudadanos de caer en la cárcel, “y de lo que pasa adentro y afuera de las prisiones. El casting duró seis meses. Mostramos las propuestas a HBO, pero el proceso fue muy profesional.
Dinámica cinematográfica
“Yo no establecería parámetros entre serie y telenovela, sino entre serie y cine. Esto está mucho más cerca en su dinámica y en su diseño del cine que de la telenovela. Las series están en otro nivel, y en esta ocasión hubo un esfuerzo para entender el formato y transformarlo en películas filmables y realizables en partes. En cine se producen tres minutos al día y en una serie se deben producir entre siete y 10 minutos”, concluyó.
Guillermo Ríos, uno de los escritores, expresó que esta serie en realidad equivale a “13 largometrajes. En las condiciones que se hizo Capadocia y con el dinero que se invirtió, esto es imposible, pero se efectuó. Nueva York es primer mundo, porque habla de Nueva York, París porque habla de París, y México es tercer mundo porque habla de París y Nueva York. Sin embargo Capadocia habla de México”.
Laura Sosa, también escritora, indicó que para hacer su trabajo entrevistó a reclusas reales. “Tratamos de transmitir esa experiencia a la hora de hacer los guiones. La realidad era mucho más impactante que lo que nosotros podíamos plasmar en el papel”.
Para Dolores Heredia esta serie tiene fuertes referentes sociales con México: “Visité la cárcel y leí un libro que se llama Cárceles, de Julio Scherer, varios documentos… pero con mi personaje, Teresa, que es abogada, se trataba de descubrir cómo son estas presas. Aún sigo interesada en el tema; estoy muy conmovida, deseando que las cosas cambien en nuestro país, y en Latinoamérica.
“En este momento estamos viviendo una situación en la que se está hablando mucho de nuestro sistema de justicia. Está a punto de volverse una cosa muy fuerte para nuestro país. Creo que a la mayoría no le queda claro de lo que se trata la reforma en materia de justicia y las implicaciones prácticas de ésta”, finalizó.